VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: RESULTADO DEL EJERCICIO DE SUS DERECHOS Y CONSTRUCTO DE SU RECONOCIMIENTO
- Said Jared Morales López
- 23 jul 2020
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 25 ene 2021
Hoy en día la violencia se presenta de forma rutinaria y normal dentro de México, ya que la sociedad ha estado acostumbrada históricamente a ejercerla y permitirla. En este aparatado abordaremos que es violencia en términos generales, que es violencia en contra de la mujer, que en México, se ha manejado bajo la visión de “Violencia de género” a esta última nos referiremos de una manera muy general, como cualquier tipo de violencia que resulte en una afectación física, psicológica o sexual, se considerará violencia contra la mujer.
La violencia es una conducta vinculada con el poder. Quien ejerce violencia actúa de manera intencional y con el propósito de someter, y controlar a la otra persona, es decir, de eliminar cualquier obstáculo para el ejercicio del poder. Por ello toda forma de violencia se relaciona con la libertad. (Falcón, 2001) La idea de roles establecidos y los estereotipos para el hombre y la mujer en la sociedad, es uno de los principales generadores de desigualdad; y ello propicia la discriminación, marginación y violencia hacia la mujer; siendo su agresor - dominador, el hombre. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo menos el 35% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia, esta cifra es alarmante ya que, si ponemos el ejemplo de cualquier familia donde exista una mamá, una hija y una nieta, alguna de estas tres ha sufrido algún tipo de violencia. Existen varios factores de riesgo, la OMS menciona algunos:
• Un bajo nivel de instrucción (autores de violencia sexual y víctimas de violencia sexual);
• Un historial de exposición al maltrato infantil (autores y víctimas);
• La experiencia de violencia familiar (autores y víctimas);
• El trastorno de personalidad antisocial (autores);
• El uso nocivo del alcohol (autores y víctimas);
• El hecho de tener muchas parejas o de inspirar sospechas de infidelidad en la pareja (autores);
• Las actitudes que toleran la violencia (autores);
• La existencia de normas sociales que privilegian a los hombres o les atribuyen un estatus superior y otorgan un estatus inferior a las mujeres; y
• Un acceso reducido de la mujer a empleo bien remunerado. (OMS,2010)
Entre los factores asociados específicamente a la violencia de pareja cabe citar:
• Los antecedentes de violencia;
• La discordia e insatisfacción marital;
• Las dificultades de comunicación entre los miembros de la pareja;
• La conducta dominadora masculina hacia su pareja.
• Y entre los factores asociados específicamente a la violencia sexual destacan:
• La creencia en el honor de la familia y la pureza sexual;
• Las ideologías que consagran los privilegios sexuales del hombre; y
• La levedad de las sanciones legales contra los actos de violencia sexual (OMS, 2010).
Las desigualdades entre hombres y mujeres, y la poca aceptación de la violencia contra la mujer, son la causa principal, de la violencia ejercida contra ellas. Las muertes violentas de mujeres suelen ser la consecuencia de diversas manifestaciones de violencia previa, la cual puede manifestarse como violencia física, sexual, psicológica, económica y/o patrimonial. Por ejemplo, golpes, amenazas, celos, etc. Todos estos factores, es fácil verlos durante alguna etapa temprana de la niñez y es por ello que algunos niños comienzan a repetir este tipo de acciones en contra de compañeras de clase o amigas. A través de nuestro trabajo hemos comprobado que para erradicar cualquier tipo de violencia, siendo la violencia contra las mujeres una de las más graves y, tristemente, también habituales, es básico su reconocimiento público y el conocimiento de las distintas formas en las que esta se revela.
Dicho lo anterior, abordar un término indispensable para el estudio y su delimitación será fructífero para la investigación, ese término es la violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etc. Algunas definiciones más, como la que nos ofrece la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la cual consiste, en que la violencia basada en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada (ONU, 1994).
Por otra parte, una definición más aterrizada y concreta es la que nos ofrece Susana Velázquez (2003) amplía la definición de, violencia de género, nos dice que esta enmarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física (Velázquez, 2003). Entonces, a grosso modo, la violencia contra las mujeres es un acto sexista que produce cualquier tipo de daño físico, psicológico o emocional y se traduce en el maltrato verbal o físico en cualquier contexto.
Clasificación de la violencia en contra de la mujer.
Hoy, recogemos todos los tipos de violencia contra las mujeres, porque no hay ninguno que sea menor, todos son consecuencia de la discriminación que las mujeres sufren a través de las leyes o la práctica, y persisten por razones de género, desde el menosprecio o la discriminación hasta la agresión física, sexual o el asesinato, son manifestaciones de la necesidad de un cambio y un problema gravísimo que se debe solucionar para obtener una igualdad real entre las personas (Velázquez, 2003).
Asimismo, es imprescindible conocer y reconocer qué tipos de violencia existen en nuestras sociedades para poder combatirlos. Teniendo en cuenta que no existe un maltrato peor que otro, pues todos surgen de la discriminación y terminan en la violencia física, la opresión y hasta la muerte.
Entre las formas de violencia más común están:
La violencia económica: Corresponde a cualquier acción o acciones (sean estas directas o mediante la ley) que buscan una pérdida de recursos económicos/patrimoniales mediante la limitación (por ejemplo, las mujeres no pueden tener propiedades o hacer uso de su dinero o de sus derechos patrimoniales). Este tipo de violencia contra la mujeres es una de las más comunes, incluso en países con alto índice de desarrollo humano (IDH), e incluye todo tipo de acto que genere limitaciones económicas con la intención de controlar el dinero o privar de medios económicos para vivir de forma autónoma (Velázquez, 2003).
Violencia laboral: Presente en decenas y decenas de países donde se dificulta el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad laboral, o se complica su desarrollo en la empresa o estabilidad por el hecho de ser mujer. Este tipo de discriminación constituye uno de los más comunes también, y algunos ejemplos son el no cumplimiento de igual salario para hombres y mujeres en puestos idénticos o los despidos o no contratación a causa de posibles embarazos. Una realidad contra la que tenemos que luchar tanto hombres como mujeres. Al mismo nivel que la violencia laboral contra las mujeres encontramos la violencia institucional (Yugueros García, 2014).
Violencia institucional: Es aquella mediante la que funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o impiden el acceso a la vida pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la posibilidad de que las personas ejerzan sus derechos (Velázquez, 2003).
Violencia psicológica: Puede darse en todo tipo de contextos, si bien la casa, la pareja y la familia suelen ser tres de los más comunes, y consiste en cualquier acción que sintamos que nos degrada como personas o trata de controlar nuestras acciones o decisiones. Este tipo de violencia contra las mujeres no tiene por qué alcanzar el hostigamiento o la humillación, sino que puede manifestarse como acoso, restricción, humillación, manipulación o aislamiento, produciendo daños emocionales y perjudicando nuestro desarrollo personal hasta problemas emocionales y psicológicos muy graves que han llevado a muchas mujeres al suicidio. La violencia psicológica suele ser la puerta de entrada hacia otros tipos de violencia, como la física o la sexual, por lo que se debe de tener mucho cuidado si creemos que se están dando muestras de este tipo de violencia (Velázquez, 2003).
Violencia física: Se traduce en cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico y afecte a la integridad de la persona: hematomas, heridas, quemaduras y hasta un empujón es violencia física y jamás debemos excusarla.
Violencia sexual: Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre su sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La violencia sexual no se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino a cualquier tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación, sin importar si se da dentro o fuera del matrimonio o de cualquier relación (Yugueros García, 2014).
Violencia simbólica: Es aquella que recoge estereotipos, mensajes, valores o signos que transmiten y favorecen el hecho de que se repitan relaciones basadas en la desigualdad, el machismo, la discriminación o la naturalización de cualquier rol de subordinación de las mujeres en nuestras sociedades. Se trata de un tipo de violencia contra las mujeres más difícil de erradicar, porque está anclado en la colectividad y la mera permisividad lo fortalece: así un chiste o la transigencia ante valores que, tradicionalmente, se han aceptado dificulta el cambio (Yugueros García, 2014).
Por otra parte el término “feminicidio” fue acuñado por primera vez en 1970, por Diana Russell. Esta palabra surgió, para darle un enfoque más centrado a los homicidios en contra de las mujeres, por el hecho de ser mujeres o como ahora se le conoce, como un delito de género (Salvatierra, 2007). Existen varias manifestaciones de violencia contra la mujer anteriores al feminicidio de las cuales se destacan por presentar esta marginación por el hecho de que son féminas. Por lo tanto, las muertes violentas de mujeres suelen ser la consecuencia de diversas manifestaciones de violencia previa, la cual puede manifestarse como violencia física, sexual, psicológica, económica, como algunas de las categorías presentadas en este apartado.
La gran ola de asesinatos a las mujeres se dio en la década de los noventa en Ciudad Juárez propicio a que se diera paso a nueva movilización del movimiento feminista. Con dicho evento, la sociedad comenzó a crear un miedo colectivo, que desataría algunas de las movilizaciones que conocemos, como las protestas sociales, defensa de derechos que se desligaría en una defensa legal para las mujeres y reconocimiento del delito de feminicidio.
Desde el 14 de junio del 2012, el delito de feminicidios fue tipificado dentro del Código Penal Federal, donde en su artículo 325, menciona “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género (CPF, 2019).
Sin embargo, los feminicidios han incrementado sus cifras, tanto que se la sido denominado dentro de la cuarta ola del movimiento feminista, tanto es el impacto social que mantiene, que ha generado hasta códigos legales en contra de los asesinatos a las mujeres. Dichos feminicidios y olas de violencia han puesto una mirada ante la situación que existe en la sociedad mexicana y su relación en el ser mujer. Las noticias día a día se llenan de historias e imágenes de mujeres que son asesinadas y como la población es testigo, pero, no realiza más movilizaciones, es decir, ha sido visto como algo natural en México, si dicha situación fuese en otro país, seguramente se tendría más conciencia sobre dicho hecho. ¿Es tan grande la indiferencia que la sociedad y los gobiernos de México han tenido ante el feminicidio?
El feminicidio, como categoría conceptual es un paso importante en la lucha del feminismo en México, ya que es un parteaguas para la protección de la mujer y hacia un enfoque que pone cada vez más barreras al machismo mexicano que rebasa límites, ya que dentro de la sociedad mexicana, se siguen presentando prácticas machistas de menor impacto, pero sin duda la tipificación del delito de feminicidio, es uno de los pasos más grandes del movimiento feminista en México, en conjunto con la reciente Ley Olimpia, la cual abordaremos en un próximo apartado.
Dicho lo anterior y a modo de conclusión, es muy importante que en nuestro país se reconozca que la violencia afecta a todo el tejido social desde el ámbito público o privado a través del uso y abuso del poder, mismo que daña la dignidad de las personas y que mediante a normas, programas, iniciativas del orden público y social se pretenda reducir o erradicar los índices de violencia familiar y sexual, para lo que es necesario fomentar relaciones de equidad entre las personas, mediante la construcción de una cultura basada en el reconocimiento y respeto de los derechos humanos.
Bibliografía
CPF. (2019). México: Diario Oficial de la Federación.
Falcón, M. T. (2001). Violencia contra las mujeres y derechos humanos. . México: El Colegio de México.
ONU. (1994). Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Artículo 1). . ONU.
Salvatierra, K. S. (2007). Reseña de "Feminicio, la política del asesinato de las mujeres" de Diana Russell. Revista Mexicana de Ciencias Polítcas y Sociales, 169 - 171.
Velázquez, S. (2003). Violencias cotidianas, violencia de género: Escuchar, comprender, ayudar. Madrid: Paídos Iberica.
Yugueros García, A. d. (2014). La violencia contra las mujeres: conceptos y causas. Barataria Revista Castellano -Manchega de Ciencias Sociales, 147-159.
Comments